
"Miró con los ojos del coyote hambriento. Y supoDady Rubio
que su mirada se despertaba por necesidad.
Depositó las luces del rocío, en
medio del silencio dormido. Y supo que su aroma se mezclaba con la
sangre derramada.
Le habló a la luna, que no dejaba de seducirlo, y pacto con
su silueta que se convirtiera en utopía.
Se sintió la arena sin desierto,
y esperó por las nieblas sin vientos para que sus besos se convirtieran en humo.
Allí se bebió en vino dulce, para que su nombre no fuera un recuerdo.
Y
decidió partir en su regreso, para volver a ser Marcos con aroma a
tabaco"
Agosto 08
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