
Un pequeño juglar que vomita melodías sacadas de nuestras miserias.
Un payaso marioneta acostumbrado a no saltar la cuerda de lo ridículo.
Un hombresito introvertido que no le teme al poder de los serios.
¿Alguna vez se levantó de su silla y miro por el ojo de la censura para saberse libre?
¿Cuántas veces le pateó el trasero a la hipocresía que se disfrazaba de moral?
El hombresito se sabe un gigante que vomita idolatrías, se baña con aplausos, y se burla de si mismo.
La vida es tan pequeña para tornarla seria y aburrida: "Arriba la salud de la alegría...porque está viva...porque supo parir a ese hombresito que resiste y coloca una sonrisa a nuestras miserias...."
Dady Rubio (Enero 2008 - vacaciones en Mardel)
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